miércoles, 5 de noviembre de 2008

Yes, we can


YES, WE CAN!


Esta minicrónica sobre las elecciones me la ha pedido mi amiguita Auxi para el Málaga hoy. Y también la pego aquí por si os la queréis leer... Me voy a dormir! buenas noches! (buenos días para vosotros!). Enjoy! :)

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“Uh…esto no pinta bien”. Son las siete de la tarde Illinois y Patrick, estudiante de veintisiete y procedente de Chicago, consulta online en el New York Times cómo va el recuento de votos. “McCain parece que gana en Missouri… y quien gana en Missouri históricamente suele ser escogido Presidente”.

Pero hoy, 4 de noviembre, es un día que hace historia, no que la sigue.

Patrick consulta decepcionado los primeros resultados que aún están muy igualados. Cuando le pregunto quién cree que ganará, primero duda y responde con una mueca: “Obama, creo”. Y luego añade con rotundidad: “Sí, tengo fe en mi país”.

En la Southern Illinois University en Carbondale la gente viene y va, y muchos estudiantes aprovechan su descanso del almuerzo para ir a las urnas. Y ya de paso, ir a Starbucks a decir que han votado para que les inviten a un café. Lauren me comenta que la gente ha comprado el modelo de gafas de Sarah Pallin y que la marca ha hecho su particular agosto durante la campaña, mientras Lindsay recuerda que este pasado Halloween llegó a ver hasta seis chicas disfrazadas de Pallin, algunas hasta con su rifle. A las nueve ya no queda nadie y todos se han ido a sus casas a ver el resultado final en televisión.

Hace poco más de un año me vine desde Málaga a estudiar a Illinois. Tenía veintidós años. La torre Sears o el Millenium Park en Chicago fueron las primeras vistas de mi particular aventura americana. Pisé la misma yerba del Grant Park que miles de personas pisaban hoy.  Llegaba a la tierra que decían, era de los sueños y las oportunidades. Y observando los rascacielos del centro iluminados la noche que llegué, del mismo modo que aparecían esta noche tras la figura de Obama, creía que podía hacer cualquier cosa que me propusiese.

Obama gana por mayoría en las dos costas y en los estados centrales del norte. Son casi las diez y el anuncio se hace oficial. McCain felicita a su compañero con Palin a su lado desde Phoenix (Arizona), la multitud abuchea cada vez que se hace referencia al partido demócrata en algún sentido. Y Evan, mi compañero de piso, cabecea y me comenta: “Tengo el presentimiento de que el KuKluxKlan va a asesinar a Obama. Los demócratas extremistas no son peligrosos, pero los republicanos extremistas son alcohólicos y tienen armas”. Llega la felicitación de Bush en televisión y poco después la de Sarcozy pidiendo lazos de unión con su país.

Obama, en un discurso repleto de humildad, ha dado esperanza no sólo a los Estados Unidos, sino a miles de jóvenes en todo el mundo que creen que el voto por el cambio tiene resultados visibles. Él es el nuevo presidente de los Estados Unidos. Y como tal, ha recordado a toda una nación el significado de libertad e independencia que tanto difunde por el mundo y ha alegado por esa necesidad de unión de la que, irónicamente, carece los Estados Unidos de América.

En perfecta coordinación mediática, aparece un primer plano de la gran Oprah Wimpfrey llorando entre el público. Todos repiten después de Obama: “Sí, podemos” en Chicago como en una ceremonia religiosa. Incluso mi compañero de piso llora en el sofá. Mientras, el discurso em televisión cierra con toda la familia del presidente y el vicepresidente abrazándose con música épica encima de la multitud. Aunque me tachen el tópico y digan lo que digan, América es como en las películas. Toda una escena mítica para un discurso y una historia digna también de ser un guión cinematográfico. Que lo será, porque de lo que no se haga negocio en América…

Yo no soy ni me siento americana, pero también me he emocionado con el discurso de Obama. Casi tanto como me emocioné con la Eurocopa. Supongo que para mí, su significado traspasa la barrera patriótica y va mucho más allá. Ver a Obama como futuro presidente de los Estados Unidos es una llamada a seguir soñando que podemos conseguir lo imposible, porque no hay más historia escrita que la que escribimos nosotros. ¡ Si ganamos contra Italia en los penalties, todo es posible!. Yes, we can. Sí, podemos.

Hoy es uno de esos días que se recuerdan. De esos en los que la gente mira atrás y te pregunta qué andabas tú haciendo. ¿Dónde estabas el 4 de noviembre?. Yo ya sé que les diré a mis nietos. Diré que estaba en Illinois, que el senador de mi estado era escogido el primer presidente negro de los Estados Unidos y que ganó por mayoría incluso en estados que no se preveían como ganadores. Que su discurso de la victoria en Chicago fue comparado con el de John F. Kennedy y que miles de personas lloraron diciendo que era demasiado bueno para ser verdad.

Lo que también me gustaría decirles es que Barack Obama empezó una nueva etapa en EEUU e inspiró a toda una generación de jóvenes fuera de los límites de la nación. Decirles que él ha abierto el camino y que una generación de jóvenes tomó el relevo para salir de la crisis económica, terminar de una vez con las guerras y el miedo al terror. Que nunca más importó el color de la piel o la orientación sexual. Y eso de tener mil euros en el bolsillo para llegar a fin de mes, o no poder pagar un apartamento, quedó atrás. Mis nietos escucharán: “Sí, cualquiera puede ser presidente de los Estados Unidos y cualquiera puede conseguir sus sueños si los sigue”.

Porque todos somos como Patrick frente a ese ordenador a las siete y media, confusos y desorientados cuando se tuercen las cosas. Por eso no debemos olvidar que por muy mal que pinte la cosa siempre hay algo o alguien que nos hace seguir teniendo fe.

Para los Estados Unidos, ese alguien se llama Barack Obama y es hoy su 44 presidente.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahora para que vaya Obama y la cague...

Por cierto, no se escribe Sarkozy?

Anónimo dijo...

ains neni, me ha encantao. ayer mientras veía antena 3 mostrando los resultados (deberías de ver el despliegue k han hecho k yo lo flipo), me acorde taco de tí. pensé me hubiera gustao hablar con la petarda esta estos días pa ve como lo estaba viviendo. llorar por lo del presidente me sigue pareciendo un pasote, pero bueno es América no? Un besazoooo me alegro k ganara quien querías